Para nosotras, nuestro equipo es el corazón de nuestro emprendimiento. Algunos de ellos nos han acompañado al rededor de 15 años, han sido testigos y actores de la evolución de Gramolino y el nacimiento de Amati.
Para nosotras, han sido en muchos casos más que colaboradores, han sido nuestro apoyo y en duras ocasiones han sido más que una familia.
En el caminar…
Gracias a nuestro trabajo con granos ecuatorianos, hemos podido entablar una relación de amistad y comercial con las comunidades agricultoras del Ecuador. Ellas han sido el eje fundamental de nuestros productos más recientes. Hemos trabajado de la mano con ellas para rescatar el grano ancestral que nos mueve, el amaranto. Siempre bajo una filosofía de equidad y comercio justo.
Actualmente nos encontramos desarrollando nuevos productos que solucionen algunos de los problemas de comercialización de algunos de los granos que ellos producen, y que debido a los cambios culturales y las modas que provienen del extranjero, han causado una disminución en la demanda de ciertos granos y cereales, que además de ser muy beneficiosos para la salud, forman parte de nuestro patrimonio alimentario y hoy se ven en riesgo de perderse en el olvido.